Toma de posesión de la nueva junta de gobierno de la Hermandad

El pasado 9 de febrero tuvo lugar la toma de posesión de la nueva junta de gobierno durante la Santa Misa celebrada por nuestro Director Espiritual D. Antonio Gómez Prieto.

En dicha toma de posesión nuestro hermano mayor D. Nicasio Sánchez pronunció el siguiente discurso:

«Alguna vez me he preguntado cuándo resonaría en nuestra plazoleta el primer viva a la Cruz de Arriba, quién lo diría y qué sentiría al decirlo. Me he preguntado si estaría acompañado y si los que estuvieran con él le responderían con otro viva alto y alado, de esos que se alzan hasta las balconadas del cielo y, a la vez, prodigios de la fe, se meten, se acurrucan entre los latidos del corazón.

Si pudiéramos levantar un mapa sonoro de nuestra hermandad, los vivas a la Cruz de Arriba serían quizá como señales en ese mapa, marcas que nos permitirían recorrer nuestra historia centenaria.

Vivas, sin duda, debieron de haber en el número 7 de la calle Lepanto el día de la fundación; vivas también por los bailes de las descaradas danzantas; vivas cuando lo que sólo era habitación de una casa fue por fin oratorio con campana de la Real Fábrica de Artillería; vivas por las indulgencias que los obispos mandan desde su palacio frente a la Giralda; vivas porque Rossi detuvo sus trabajos en San Lorenzo y nos dio a la Cruz de Arriba definitiva; vivas por la banda de García Ramos y la Infantería de Marina; vivas porque Pichulín nos ha hecho un kiosco de la música de categoría; vivas porque un arco cruza ya la calle Sevilla y pronto serán dos; vivas por los ángeles rubios y morenos de Castillo; vivas porque Farfán vino y se fue pero antes de irse dejó escrito negro sobre pentagramas “¡Viva la Cruz de Arriba!”; vivas porque la Cruz de Arriba ganó; vivas porque el corazón de nuestra gente no se divide sino crece, y más si es para acoger a la Virgen guapa de Aznalcóllar y poder gritar doblemente ¡Viva!; vivas porque Benito, por fin, vio su arco levantado; vivas porque la Capilla crece y se llena de retablos de oro como la miel y se convierte en joyero para las joyas que guarda; vivas que ya hay ermita en la Dehesa de Llanos y en su espadaña repica y gira la campana que tantas veces debió de escuchar la Macarena desde San Gil; vivas porque han tirado tres cohetes de silbío y eso es que sí, que viene la Legión; vivas al Simpecado nuevo, el de Piedad y Duarte; vivas que la Virgen tiene un manto que reluce como el sol; vivas cuando, por primera vez, el sol se vuelve blanco como la luna sobre la plata con que Carmelita soñó vestir la carreta; vivas porque nos atrevimos a soñar bien alto y bajamos de ese sueño con una corona hecha de la plata que Mari Montes recogió y que nuestra fe posó sobre tus sienes benditas, Madre.

Vivas, en definitiva, cada vez que en esta hermandad ha ocurrido algo grande.

Hoy se cumplen aproximadamente cuatro años desde que tuve el honor y la enorme responsabilidad de tomar posesión de mi cargo como Hermano Mayor de la Hermandad de la Exaltación de la Santa Cruz de Arriba y María Santísima del Rosario de Aznalcóllar, de la nuestra, de nuestra hermandad. Solo han pasado cuatro años, pero en tan poco tiempo he aprendido a valorar aún más el esfuerzo tan inconmensurable que debió de suponer para todos los que nos han precedido mantener encendida la llama de esta devoción. ¡Cuántas cosas habrán pasado desde aquel primer viva! ¡Cuántas situaciones difíciles se habrán presentado! ¡Cuánto trabajo, cuánto esfuerzo y cuántas lágrimas en estos más de 200 años de historia!

Pero también cuántas satisfacciones, cuántas risas, cuánta hermandad entre gentes tan distintas, cuántas emociones, anécdotas y vivencias han debido de sucederse en estos 200 años mal contados.

De los cuatro años que ahora dejamos atrás, con sus alegrías y sus penas, con sus momentos buenos y malos, solo puedo sacar un balance: Ha merecido la pena.

Me gustaría en este punto dar las gracias a los que han formado parte de la Junta de Gobierno durante este tiempo y que, por una razón u otra, no lo harán en este nuevo mandato. Manolo, Marta, Mari Ángeles, Anabel, Francisco, Dolores, Manu, hemos compartido un tiempo maravilloso.Hemos dejado nuestros vivas marcados en ese mapa sonoro del que os hablaba al principio. Nos movió una valentía inexplicable, se nos levantó la Cruz de Arriba en las venas y nos plantamos sin dudarlo frente a uno de los toros más difíciles y hermosos de nuestras vidas. Gracias por todo lo que le habéis dado a vuestra hermandad. Gracias por estar a mi lado y al de vuestros compañeros de junta sin dudar un solo momento de vuestra lealtad y vuestro amor a la fe de nuestros mayores. Gracias por creer que lo imposible con trabajo es alcanzable. Gracias desde lo más profundo de mi corazón. La Cruz y la Virgen, estoy convencido, sabrán recompensaros con creces.

Quiero aprovechar también esta oportunidad para agradecerle a D. Antonio, nuestro Director Espiritual, su ayuda y consejos en este tiempo que lleva ya a nuestro lado. D. Antonio, deseo profundamente que estos cuatro años que nos esperan sean de servicio a Dios, a su Madre y a la Santa Iglesia. En estos tiempos difíciles las hermandades debemos ser conscientes de nuestra importancia como vehículos para acercar a todos la Palabra De Dios. Espero que sepamos cuidarnos mutuamente, respetarnos y amarnos como Cristo nos enseñó.

Por último, unas palabras para dirigirme a vosotros, Junta de Gobierno de la Cruz de Arriba. El resultado de las urnas de las pasadas elecciones es un inmenso honor pero también es un mandato, una orden recibida de los hermanos: sed garantes de nuestra identidad, cuidad nuestro patrimonio, vigilad la llama de nuestra fe, mantened viva nuestra devoción, llevad a la Cruz de Arriba a lo más alto. Sois ya custodios de una tradición ancestral.

Los retos que se nos presentan ya los conocéis y están cerca, a la vista. Hagamos lo imposible para que nuestros antepasados estén orgullosos de nosotros. Levantemos nuevos vivas en el mapa de nuestra historia. Sé que lo haremos, porque, creedme, sois la mejor Junta de Gobierno que un hermano mayor pudo soñar.

Sin más, agradecer su presencia hoy aquí a las autoridades civiles, representantes de las hermandades locales y representantes de Cáritas parroquial que han querido acompañarnos. Y, cómo no, a nuestros Hermanos de Honor y hermanos en general.

Grandes proyectos se han visto ya cumplidos, proyectos aún más grandes nos esperan. Que la Santa Cruz de Arriba Arriba y la Virgen del Rosario estén siempre a nuestro lado.

Atrevámonos a levantar nuestros dedos bien alto, porque en estos cuatro años vamos a tocar el Cielo».

¡VIVA LA CRUZ DE ARRIBA!
¡VIVA LA VIRGEN DEL ROSARIO!
¡VIVA NUESTRA HERMANDAD!