Un año más, nuestra hermandad ha cumplido con lo que mandan sus Reglas y, llegando el 14 de septiembre, ha celebrado unos solemnes y esplendorosos cultos en torno a su titular más antigua: la Santa Cruz de Arriba.
El triduo de este año ha venido cargado de incertidumbre en lo meteorológico; pero finalmente, contra todo pronóstico, el programa de actos previsto ha podido desarrollarse con total normalidad.
Desde la Junta de Gobierno y en nombre de toda la Hermandad queremos mostrar públicamente nuestro agradecimiento a todas las personas que han hecho posible que todo discurriera tan magníficamente.
A todos los hermanos que han participado en el montaje extraordinario del ‘kiosco de la música’ con motivo del I centenario de su hechura y en la instalación del azulejo conmemorativo del mismo. A todos los que han colaborado en el montaje del nuevo “puesto de comidas” del bar del triduo y a los que han aportado desinteresadamente tapas para ser vendidas en el mismo.
Gracias a los distintos colectivos de nuestra corporación: al Grupo Joven, siempre dispuestos a trabajar para su hermandad y dar ejemplo; al Coro de la Cruz de Arriba, que nunca deja de emocionarnos con sus letras; al equipo de capataces y costaleros de la Santa Cruz de Arriba, este año el traslado de vuelta ha sido especialmente duro por las altas temperaturas, gracias por vuestra enorme devoción y vuestro inmenso esfuerzo; a los hermanos que han colaborado en los distintos turnos de barra, cocina y tickets; a los hermanos encargados de la liturgia y al equipo de priostía de la Hermandad. Gracias a todos.
Gracias a nuestro Hermano Mayor de Honor, D. Juan Manuel Rodríguez Comesaña, por la magnífica exaltación que nos regaló, comprometida, poética y llena de sentimientos y muestras de cariño hacia todos los colectivos de la Hermandad. Sus palabras fueron también sentido homenaje a distintas generaciones que tanto han trabajado por la Cruz de Arriba. Gracias por tu gran generosidad.
Queremos felicitar muy especialmente a la Agrupación Musical Ntra. Señora de Fuente Clara, de nuestra localidad. El pasado domingo nos hicisteis vivir un traslado de regreso cargado de emociones y vuestra música convirtió la de ese día en una mañana aún más festiva, si cabe. Muchas gracias y enhorabuena por el excelente trabajo.
Gracias a nuestro hermano sacerdote D. José Antonio Hidalgo Cueto y nuestro director espiritual D. Antonio Gómez Prieto, encargados de oficiar las misas del triduo.
Y gracias, por último, a todos los asistentes a los distintos días de este triduo que tan buenos momentos nos ha dejado y que, un año más, mientras aguardamos la llegada de unas nuevas Fiestas Grandes, ha dado la oportunidad a los mayores de volver a ver a su Cruz en la calle, a los más pequeños de ir acumulando vivencias que refuercen su pertenencia a la Hermandad, y al conjunto de los hermanos de llenarnos de esta Cruz de Arriba de esperanza que nos ayuda a seguir caminando por la vida.
Dentro de quince días mal contados, volveremos a encontrarnos en torno a la Madre de Dios, la Virgen del Rosario.
¡Viva la Cruz de Arriba!
¡Viva la Virgen del Rosario!
¡Viva nuestra hermandad!
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